miércoles, 28 de abril de 2010

Por México

Artículo de Marcelino Perelló publicado por Excélsior el 27 de abril. 

Este colectivo se propone generar un amplio movimiento político y social en nuestro país, que lleve a postular en 2012 a un candidato independiente a la Presidencia de la República.

El pasado jueves un grupo de mexicanos se constituyeron en colectivo y se presentaron públicamente bajo el nombre de Iniciativa por México. Se trata de una agrupación suficientemente heterogénea para que las discusiones en su seno sean encendidas y enriquecedoras, y suficientemente homogénea para plantearse fines comunes, precisos y ambiciosos.Iniciativa por México, o simplemente Por México, como se le rebautizó apenas nacida la criatura, se propone generar un amplio movimiento político y social en nuestro país, que lleve a postular en 2012 un candidato independiente a la Presidencia de la República.
Desde el primer momento en que escuché la propuesta, de labios de Edgar Morales, me adherí de manera entusiasta, con una convicción y un vigor que hace muchos años no me conocía, y de los que yo fui el primer sorprendido. Con una certidumbre quizá más intuitiva que racional, se instaló enseguida a flor de piel. Al punto que decido aparcar tantito a los disidentes cubanos. Sin duda me lo agradecerán.
La idea surge de la opinión compartida, tanto en los miembros del colectivo como en amplísimas capas de la población, de que las cosas en México no van bien. Nunca han ido bien del todo, de acuerdo, ni lo irán. Pero es que ahora van peor que de costumbre. Aunque me cueste trabajo, y titubee al decirlo, probablemente van peor que nunca.
Y de que además no hay perspectivas razonables de que en un futuro no demasiado lejano vayan un poco mejor. El sistema, tanto en los poderes como en las oposiciones, ha perdido sus ya de por sí reducidos márgenes de maniobra, y se encuentra atrapado en su propio canibalismo.
Ha reducido sus funciones al estado vegetativo de su mera sobrevivencia. La política ha sido secuestrada por las burocracias funcionariales y partidistas, sometida a sus mezquinos intereses. Y no se avizora quién podría rescatarla.
El discurso político ha prácticamente desaparecido, cubierto por el estrépito ensordecedor de la pólvora, y por la incompetencia supina de quienes se supone deberían sostenerlo. El hartazgo social es mayúsculo, si no unánime. Pero ese hartazgo se convierte más en desidia y parálisis que en enfado e irritación. En lo que estos últimos tienen de enérgico y vital.
Es preciso que la iniciativa de rescate provenga de afuera de los círculos herméticos y abstrusos de ese sistema. Es preciso que la sociedad se sacuda la inercia y el sopor que la pasma, que saque fuerzas de flaqueza y, en un arrebato resuelto, se dote de nuevas herramientas de acción política y social. Más eficaces y más hábiles. Más dinámicas. Y sobre todo más nobles.
La pretensión de Por México es precisamente la de convertirse en una de esas herramientas. El terreno está abonado; la fertilidad, garantizada.
No estamos descubriendo nada nuevo. Nuestra sabia y venerable Constitución garantiza, en el segundo inciso de su artículo 35, el derecho de todo ciudadano a ser votado para cualquier cargo de elección popular, sin mención alguna a la intermediación de los partidos políticos. Es una ley secundaria, el Cofipe, la que se entromete y recorta indebidamente ese derecho.
La reciente propuesta de reforma política enviada por el Ejecutivo al Legislativo en vistas a su aprobación, a pesar de sus más que evidentes limitaciones, contiene la de introducir la figura de candidatura independiente. Se equivoca de manera flagrante, sin embargo, al afirmar que es necesario reformar la Constitución. No es así. Lo cual simplifica enormemente —tanto en tiempos como en procedimientos— su abordaje.
Es la Cámara alta a la que corresponde en primer lugar su debate y eventual aprobación. Pero los senadores se están haciendo majes. Todo indica que dejarán la propuesta en vía muerta hasta el otoño. Los legisladores han manifestado reticencias, en el sentido de que las susodichas candidaturas podrían convertirse en la puerta de acceso a la función pública de oligopolios financieros o de grupos delincuenciales.
N’hombre. Nuestros expertos senadores, de todos, pero todos los partidos, saben perfectamente que los grandes corporativos, de cualquier naturaleza, ya participan de manera activa en los más altos círculos de la política, y que no necesitan de la modesta puerta de las candidaturas independientes. Cruzan sin ambages por la entrada principal.
En fin, no es sino el primer escollo con el que toparemos. Nos esperan otros. Scilla y Caribdis. No le aunque. Vamos decididos y confiados. No hemos designado candidato ni precisado el perfil ideológico, que de inicio se anuncia como socialdemócrata, en toda su ambigüedad y en toda su exactitud. Pero preferimos que el movimiento hable. Que sea él quien precise. No vamos tras adherentes, sino de copartícipes.
Estamos en iniciativapormexico@gmail.com, http://iniciativapormexico.blogspot.com, http://facebook/pormexico.com y/o en http://twitter/pormexico_xmx.com Búsquenos. Y encuéntrenos.
Es esta una iniciativa más patriótica que política. Urge. Por la libertad y el bienestar de los mexicanos. Por la soberanía de la nación y la hermandad con todos los pueblos del mundo. Por México.

http://www.exonline.com.mx/diario/editorial/933778